Scardanelli. Exposición «La otra mirada de Alicia» en la galería Ra del Rey de Madrid.

ACASO, ¿NO ES MÁS QUE UN SUEÑO?

       

La realidad actual cambia a cada instante y nadie puede tener certeza de su autenticidad, por ello es un acierto el tema que plantea la escultora Paz Santos en esta nueva exposición La otra mirada de Alicia.

Con un ejercicio de imaginación, que traslada a unos materiales povera y de uso cotidiano, como los baldes de zinc, incorpora una visión diferente que nos puede llevar a paraísos perdidos o soñados. Acertadas pátinas de oxidados ocres, en plena armonía con esas piernas de pasos perdidos, en verde arqueológico, que no van a ninguna parte, o acaso sí, aunque no sabemos hacia dónde, o manteniendo un gris natural desgastado por el tiempo, para contarnos una larga historia.

Pasos perdidos

Pasos perdidos que caminan en aguas invisibles, entre peces de plomo, en busca del tiempo que se fue sin darnos cuenta. Porque los seres humanos hemos llegado al punto del absurdo en la vida real, entretenidos, cegados, engañados y más perdidos que todas las Alicias, porque ella, al menos, vivía en un mundo mágico que se volvía real sólo con desearlo.

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Ese barreño que se ha tragado un embudo para transformarse en Fuente de lágrimas, que viene del otro lado del espejo, lo pudo soñar cualquiera, porque si Alicia vive marcha atrás, todos también lo hacemos, salvo que se hayan perdido los recuerdos. La memoria camina hacia delante, hacia el futuro, pero también retrocede cuando se piensa en el pasado. Lágrimas o rosario de algas marinas, que estuvieron vivas y se han fosilizado para ser surtidores de sueños, materia de metamorfosis.

Mi propia invención es una escultura que ha atrapado en el fondo del balde el alma de dos figuras, fantasmas nacarados, que emiten un grito mudo, con los ojos cerrados y vomitando sillas cenicientas. Mas en contraste con esa negatividad surge de inmediato lo positivo, las sillas tambaleantes toman vida propia y enseguida forman corro, como si esperasen formar una tertulia o contemplar algún baile inesperado.

En hierro oxidado y patinado, Trono de Rey, es la única pieza que vimos en su muestra anterior, obra que presentía ya la temática de esta exposición. Aquí se manifiesta el pensamiento de la artista, el ejercicio del poder sin abuso y como servicio a los otros, que se refleja en la silla vacía.

El equilibrio escultórico que vemos en Detrás del espejo es una pieza perfecta que podría hacerse en gran escala, para disfrute del ciudadano, composición con sentido gremial y estético. También podrían ser esculturas urbanas, cualquiera de las Instantáneas, porque en su esencia encierran el concepto de monumentalidad. 

Una oblea de olivo que parece un sueño, por la belleza de la materia, encaja con el mundo de Carroll que aquí se desarrolla; es una obra escultórica en sí misma, que Paz Santos ha sabido ver y dar el debido tratamiento, sin intervenir su esencia.

Las sillas de la Reina, en madera de alianto, tienen la delicadeza de lo oriental. Un hallazgo que la escultora incorpora en esta “otra mirada”, y que se ensambla con El trono del Rey, porque mantiene el mismo significado del no abuso de poder.  Y junto al contraste de la fuerza del hierro con la fragilidad de las raíces, se mantiene el juego del “es-no es”, porque la altura de las patas de la silla de hierro están acordes con la Silla de la Reina II.

Paz Santos, en lo que conozco de su trayectoria, es la primera vez que utiliza materiales povera (habitualmente usa madera, piedra, hierro, bronce, acero…). Mas la materia es intranscendente, como la forma, sino tiene el hálito del artista, que con su alma la despierta, sacando el espíritu que ella encierra. La pobreza de los materiales es transcendida por el pensamiento incorporado, que conlleva el concepto de otra forma de vida. Algo acorde con los tiempos que vivimos que reclaman una nueva ética.

el gato que no atravesó el espejo

El gato que no atravesó el espejo es una pieza magnífica, en bronce patinado en gris, acorde con el conjunto. Arqueado, captada en su pose toda la elasticidad que el animal posee, y con los ojos cerrados pero seguro de sí mismo, en su aparente contradicción, nos dice sutilmente adelante.

La madera que utiliza en las piezas de pequeño formato, son acacia y cedro. Aquí, quizás sea donde se manifieste el mundo mágico de Alicia más conocido. Así en Sin respuesta encierra todas las preguntas que le surgen a lo largo de su viaje; el tiempo queda atrapado en el Libro de horas de la Reina de Corazones con sus eternos combates; la rotunda pieza Man and Woman, encierra en sus caras los contrarios, anverso-reverso; o La mujer que perdió la cabeza, estilizada, sorprendida o ensimismada, que se balancea en un falso columpio, quizá nos diga que la vida, a veces, se confunde con el sueño.

Una muestra coherente, original, divertida y que nos hace pensar, donde Paz Santos manifiesta la fuerza creadora del escultor en un mundo de personal invención.

 Scardanelli

 

Paz Santos escultora
Paz Santos, escultora

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