Victoria Sendon. .

         Tal vez el arte no sea más que un laberinto para atrapar un sueño, como aquella ciudad de Zobeida, cuya fundación obedecía a la pesadilla de un grupo de hombres de diversas naciones que » vieron una mujer que corría de noche por una ciudad desconocida, de espalda, con el pelo largo y estaba desnuda ( I. Calvino), pero que nunca jamás volvieron a ver en aquella ciudad levantada según las imágenes del sueño y plagada de trampas que impidieran el paso a la fugitiva. Ignoraban que es precisamente la ausencia la que provoca el deseo de construcción, de creación.

Testigo de los últimos tiempos, Paz esculpe libros y más libros, que recuerdan al lapidario Borges: » Cuando se acerca el fin, ya no quedan imágenes del recuerdo; sólo quedan palabras». Sin embargo, los libros de esta inquietante escultora carecen de letras. Son libros más allá del fin, más allá de la memoria. Nos alertan del momento inaugural en el que todo a de ser nombrado nuevamente.

 Victoria Sendon

 

Paz Santos escultora
Paz Santos, escultora

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